Trabajando desde Casa

El lugar del trabajo en la vida cambia dramáticamente cuando uno tiene hijos, pues la mayoría de quienes tenemos niños pequeños quisiéramos “no perdernos su crecimiento” y tener más tiempo para compartir con ellos, en el día a día, sus conquistas, logros y frustraciones. Las extensas jornadas de trabajo y los largos desplazamientos (en medio de trancones) terminan recortando nuestro tiempo en familia relegándolo en muchas ocasiones a los fines de semana; creando el aparente dilema: el trabajo o la familia!!!

Cada vez más las personas reconocen la existencia de formas distintas de armonizar la vida laboral y la vida familiar desde las conciliaciones que propone el modelo de empresa familiarmente responsable hasta el teletrabajo.

Desde que iniciamos el trabajo en los Garcia fue una prioridad conjugar productividad con bienestar, en una relación en la que no se privilegiara uno en detrimento del otro. Siendo la mayoría madres (y varías de ellas cabeza de hogar) exploramos formas de trabajo que no generaran el conflicto trabajo-hogar ni mucho menos productividad-bienestar. Luego de un análisis de lo que debíamos hacer cotidianamente, cuál era nuestro nivel de interdependencia, nuestras posibilidades de comunicación y en general nuestros requerimientos de y para la producción eficiente, adoptamos una modalidad de trabajo-en-casa que nos ha permitido alcanzar lo que queríamos tanto en productividad como en bienestar personal y familiar.

Quiero compartir con ustedes brevemente como ha sido mi experiencia con el estilo de trabajo de los Garcia. En mi casa tengo un pequeño espacio de trabajo que, si bien funciona de manera independiente, me permite estar en contacto con la vida del hogar durante mis jornadas de trabajo; de esta manera puedo ver a los niños andando por ahí disfrazados, jugando a la pelota en el jardín, también puedo atenderlos cuando necesitan algo o ayudarles a resolver los pequeños conflictos que nunca faltan. Sin embargo, lograr que esta combinación de trabajo y hogar funcione no es tan sencillo como podría pensarse (es cuestión de quedarme en casa y ya!!!); para tener éxito son imprescindibles reglas muy claras que definan la relación entre estos dos aspectos de la vida. Les comparto algunas de las que establecí en mi caso, las tres que me han resultado más importantes:

• Existe un horario de trabajo, que todos debemos respetar: no se trabaja luego de las 6 pm, los fines de semana o los días festivos.
• Los niños son bienvenidos, de hecho tienen su propia mesa, sus sillas, una bolsa de juguetes y pinturas a su disposición; siempre que deseen hacer uso de cosas del lugar de trabajo que no sean suyas, deben antes preguntar a los adultos encargados de ellas (y cuando no se puede… pues no se puede).
• Debe quedar muy claro que en el espacio de trabajo hay actividades que no se permiten, principalmente aquellas que interrumpan la concentración de los demás como jugar a la pelota, pasar en bicicleta o hacer berrinche (en este último caso, si alguien siente la necesidad de hacer berrinche, todo el despliegue del mismo debe hacerse por fuera del espacio de trabajo).

Este encuentro entre niños y adultos a través del trabajo-en-casa resulta benéfico para ambos, pues les ofrece a todos los involucrados experiencias enriquecedoras que amplían su vivencia del mundo, tanto doméstico como laboral. Los adultos aprenden de los niños a mirar el mundo con ojos frescos, a no perder la emoción de las pequeñas cosas, a no perder su capacidad de asombro, entre muchas otras cosas y los niños aprenden de los adultos como resolver problemas y conflictos de diversa índole, como se crean cosas, en que consiste trabajar, a comportarse de acuerdo al momento y el lugar… y muchas cosas más cada día.

Para los que hacemos parte de los Garcia y tenemos hijos pequeños, el privilegio – el gran lujo – es poder ver a nuestros hijos crecer, que sientan nuestra cercanía, que podamos estar pendientes de ellos y aprender juntos muchas cosas!

En los Garcia somos felices y productivos valorando la vida familiar!!!